

Señores demos gracias a Dios y lanzemos una plegaria por aquellos que como los australianos estan pasando por esta difícil situación, Así esta el mundo.
Las temperaturas del sábado en Melbourne llegaron a los 46 grados centígrados, el mayor nivel jamas registrado.
Numerosas viviendas quedaron destruidas el sábado en Australia por voraces incendios mientras varios aviones lanzaban agua sobre una extensa zona de arbustos en llamas en el sureste del país, en medio de una inusual ola de calor que ha elevado las temperaturas en Melbourne a un nivel record.
Los incendios forestales son habituales cada año en Australia, pero en esta ocasión las condiciones son las peores en la historia del país, con una combinación de temperaturas abrasadoras, sequia y arbustos secos.
La prensa local sostiene que se trata de una ola de calor que ocurre "una vez cada siglo".
Las temperaturas del sábado en Melbourne llegaron a los 46,4 grados centígrados, el mayor nivel jamás registrado según la prensa local, y el termómetro en la comunidad de Laverton alcanzá los 47,9 grados.
Las temperaturas del sábado en Melbourne llegaron a los 46,4 grados centígrados, el mayor nivel jamás registrado según la prensa local, y el termómetro en la comunidad de Laverton alcanzá los 47,9 grados.
Las autoridades dijeron que decenas de incendios estaban ardiendo a lo largo del densamente poblado sureste del país, y la policía afirmó que al menos uno de los focos que afectó el área metropolitana de Sídney fue causado deliberadamente el viernes por la noche.
Un enorme incendio originado en un parque forestal al este de Melbourne quemá más de 160 hectáreas tras sobrepasar las líneas de contención durante la noche, y ha sido difícil de controlar pese a las bombas de agua lanzadas desde aviones.
Arboles enteros quedaron consumidos por las llamas y las carreteras de la zona permanecan cortadas.
Sidney, Australia (EFE). Las autoridades australianas advirtieron hoy a la población de que lo peor de los incendios no ha acabado, cuando hay al menos 131 personas muertas, 750 casas destruidas y 340.000 hectáreas de terrenos arrasadas por el fuego en los estados sureños de Victoria y Nueva Gales del Sur.
Los cuerpos de seguridad temen que la cifra de víctimas mortales, por ahora todas ellas en Victoria, supere los 200, pues hay un centenar de personas dadas por desaparecidas y porque todavía hay focos fuera de control.
Más de treinta fuegos continúan activos en Victoria, pero preocupan especialmente a los bomberos tres frentes que amenazan varias zonas habitadas, el de Churchill, el de Beechworht y el de Taggerty.
Churchill está a unos 150 kilómetros al sureste de Melbourne, Taggerty, donde las llamas cubren un área de 93.000 hectáreas, se ubica a unos 115 kilómetros al noreste de la capital provincial y Beechworth está también en el nordeste y a unos 40 kilómetros de la división con Nueva Gales del Sur.
El departamento de Defensa australiano ha enviado un equipo especial de 200 miembros de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire para participar en las tareas de contención, en las que participan 3.000 bomberos y miles de voluntarios.
Los estados vecinos Australia del Sur, Tasmani a, el Territorio de la Capital, Australia Occidental y Nueva Gales del Sur también han aportado refuerzos, y de Nueva Zelanda llegará en las próximas 24 horas un equipo de cien expertos.
Unas 5.000 personas se han registrado como evacuados, muchos han perdido todo lo que tenían, otros se han quedado sin hogar de forma temporal y están acogidos en centros habilitados por la Cruz Roja, mientras que centenares más moran en sus coches o establecimientos comunitarios.
La Policía de Victoria cree que varios de los incendios fueron provocados y tratará todos los lugares arrasados por las llamas como escenarios de un crimen, aunque no hubiera muertes allí.
En Nueva Gales del Sur, un hombre de 31 años y un joven de 15 han sido acusados de haber encendido dos fuegos.
“¿Qué puedes decir sobre alguien así?. No hay palabras para describirlo, es un asesinato en masa”, declaró por la televisión y visiblemente emocionado el primer ministro de Australia, Kefin Rudd, sobre los incendios intencionados.
Rudd anunció que el Ejército desplegará 600 tiendas de campaña para acomodar temporalmente a las personas evacuadas, mientras que los servicios sociales han comenzado el reparto de ayuda humanitaria a los damnificados.
Mientras en el sureste se combate las llamas, en el norte del país sufren graves inundaciones producto de diez días de copiosas precipitaciones.
En el Estado de Queensland, se han dado por desaparecidas tres personas, incluido un niño de cinco años.
Un 60 por ciento del territorio de Queensland ha sido declarado zona catastrófica y los daños ascienden a 187 millones de dólares australianos (125 millones de dólares).
Las autoridades informaron hoy de que las riadas comienzan a remitir, pero los meteorólogos prevén que las lluvias continúen una semana más.
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